Delitos Informáticos

Desde los delitos tecnológicos o la usurpación de la identidad, hasta comportamientos de acoso, amenazas y calumnias en la red, pasando por los sabotajes informáticos o los accesos ilícitos.

Cuando hablamos de delitos informáticos, hablamos de una serie de comportamientos punibles, cuya incidencia en la llamada sociedad de la información y la comunicación, está en auge. Y esto es debido, en gran medida, a que una parte importante de nuestra información más privada y personal se encuentra automatizada y almacenada en bases de datos.

En este sentido, la última reforma del Código Penal, adaptó este texto legal a la nueva realidad, regulando este tipo de delitos, que van desde los delitos tecnológicos o la usurpación de la identidad, hasta comportamientos de acoso, amenazas y calumnias en la red, pasando por los sabotajes informáticos o los accesos ilícitos.

Así, acceder o facilitar a otro el acceso al conjunto o una parte de un sistema de información sin autorización, mantenerlo en contra de la voluntad de quien tenga el legítimo derecho a excluirlo, o interceptar transmisiones no públicas de datos informáticos que se produzcan desde, hacia o dentro de un sistema de información, puede acarrear importantes consecuencias.

Asimismo, la referida reforma tipificó otros comportamientos, como por ejemplo producir, adquirir, importar o entregar a terceros datos de acceso (usuarios y contraseñas) o software (desarrollado o adaptado) con la intención de perpetrar los delitos antes citados.

Vista por tanto, la trascendencia que tiene este tipo de delitos en la sociedad actual, decidimos contar en nuestro Despacho en Zaragoza, con profesionales plenamente capacitados, para asesorar y asistir, en cuantos procedimientos pudieran derivarse de este tipo de actuaciones.

¿Qué otros delitos informáticos recoge el Código Penal vigente? Estos son algunos ejemplos:

• Nuevos delitos informáticos relativos a la propiedad intelectual e industrial, como queda patente por ejemplo en las consecuencias que conllevaría facilitar el acceso, a través de links o enlaces de descarga, a contenidos de cuyos derechos de propiedad intelectual o industrial no es uno titular, y más aún, cuando exista una clara intención de obtener un beneficio económico.
• Producir, vender, distribuir, exhibir, facilitar, o poseer material pornográfico en cuya elaboración hayan sido utilizados menores de edad o incapaces.
• Inducir a la prostitución de menores.