Negligencias Médicas

El nuevo Código Penal ha encendido la luz de alarma de los médicos y médicas al prever expresamente la pena de inhabilitación. Sin embargo, sorprende constatar, que al igual que en la regulación anterior, no existe concepto alguno de Negligencia. Razón por la cual, en lo que se refiere al factum, como premisa mayor del razonamiento jurisdiccional, no ha supuesto ninguna aportación destacable, a pesar de la inclusión de penas tan transcendentes y contundentes como es el caso, de la ya nombrada inhabilitación.
Únicamente, nos queda esperar, que los Tribunales moderen el reproche y, de esta manera, elaboren una doctrina que, acorde con la realidad estadística del momento, reserve el reproche penal para aquellos casos en los que el elemento subjetivo del tipo, resulte claramente merecedor de este tipo de medidas.
Con esto se conseguiría dirigir hacia la jurisdicción civil, aquellos supuestos en los que la justicia pueda resolver la controversia, a través de la mera compensación económica.
La importancia de establecer una definición clara de negligencia
A pesar de los cambios introducidos, sigue siendo evidente que la falta de una definición precisa de "negligencia" en el ámbito penal deja espacio para interpretaciones que pueden variar dependiendo del tribunal. Esto genera incertidumbre tanto para los profesionales de la salud como para las víctimas de posibles errores médicos. Una definición clara sería crucial para establecer criterios objetivos y evitar decisiones contradictorias o desproporcionadas.
Además, la ausencia de un marco conceptual definido puede generar inseguridad jurídica, tanto para los médicos que intentan cumplir con su deber como para los pacientes que buscan justicia. Por ello, es necesario que los tribunales elaboren un criterio uniforme que permita discernir entre el error humano y las acciones verdaderamente negligentes.
Impacto de la reforma en la práctica médica
La inclusión de penas más severas, como la inhabilitación, ha generado preocupación en la comunidad médica. Muchos profesionales se sienten bajo una presión adicional que podría influir en la toma de decisiones en situaciones de alto riesgo. Este efecto podría llevar a un aumento en la práctica de la medicina defensiva, donde los médicos priorizan evitar demandas legales sobre el bienestar del paciente.
El entorno legal más estricto también ha puesto de manifiesto la necesidad de un mayor apoyo institucional hacia los médicos, ya sea a través de seguros de responsabilidad profesional más robustos o mediante asesoramiento jurídico preventivo que ayude a los profesionales a tomar decisiones más informadas.
La jurisdicción civil como alternativa en casos de menor gravedad
Una de las soluciones propuestas para reducir la carga penal en casos de negligencias médicas es trasladar ciertos casos a la jurisdicción civil. Esta alternativa permite resolver conflictos mediante compensaciones económicas en lugar de sanciones penales, reservando estas últimas para los casos más graves donde haya evidencia de dolo o negligencia extrema.
La jurisdicción civil también podría ofrecer un proceso más ágil para las víctimas, quienes podrían obtener reparación de manera más rápida y efectiva. Este enfoque podría aliviar la presión sobre los tribunales penales, permitiéndoles centrarse en casos que realmente requieran una intervención de este tipo.
La necesidad de educación y prevención
Más allá de los cambios legales, es fundamental que los médicos reciban formación continua sobre los aspectos legales de su práctica profesional. Conocer sus derechos y obligaciones les permitirá tomar decisiones más informadas y reducir el riesgo de enfrentarse a sanciones penales. Asimismo, los hospitales y clínicas deben implementar protocolos de prevención más estrictos para minimizar los riesgos de negligencia.
La creación de espacios donde se puedan discutir casos complejos y aprender de los errores sin temor a represalias también podría ser una herramienta valiosa para reducir la incidencia de negligencias médicas.
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